Durante el desarrollo de un Plan de Continuidad de Operaciones, uno de los aspectos que se deben tener en mente son las comunicaciones que se realizaran al momento que una organización deba enfrentar una situación de emergencia.
Tenemos dos ejemplo muy clarificadores que han ocurrido éste año: uno son las comunicaciones de la empresa propietaria de la mina San José, luego del accidente en que quedaron atrapados los mineros y otra situación es las comunicaciones de Gendarmería, luego del incendio de hace ya algunas semanas.
Para enfrentar situaciones tan complicadas, las comunicaciones deben ya estar diseñadas desde antes, y ese antes se traduce en la incorporación de esas comunicaciones en el Plan de Continuidad de Operaciones, comunicaciones diseñadas de acuerdo a la estrategia que en ese mismo Plan se haya determinado.
Esas comunicaciones pueden complicar aún más las situaciones de por si, ya complicadas e incluso pueden agravar el daño que eventualmente se haya causado, me refiero al daño moral por cierto, y en algunos casos se ha visto un pesimo manejo de esas comunicaciones.
Ahora bien, el proceso de las comunicaciones no termina luego de superada la situación de emergencias, tambien se debe realizar un proceso de auditoria a las comunicaciones efectuadas, si ellas estuvieron bien realizadas en cuánto a la forma y contenido, y si las personas que las realizaron fueron las que se habían determinado previamente para ello.
Las comunicaciones en las situaciones de emergencias pueden ser complicadas, ya que si bien es cierto muchas veces en las conversaciones normales el receptor no percibe bien el mensaje que se quiere transmitir, en casos de emergencias, ello puede ser aumentado de gran forma debido a la cantidad de personas que reciben dicho mensaje.
Entonces, las comunicaciones corresponden a un importante trabajo que se debe desarrollar en el proceso de implementar un Plan de Continuidad de Operaciones.
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