Hoy se ha cambiado al Ministro de Salud, y el nuevo titular ha señalado que escuchará todas las opiniones divergentes.
Creo que es un buen comienzo, pero no solamente las opiniones divergentes debe escuchar, sino que todas las críticas.
Especialmente las críticas, por una razón bien sencilla: ellas le dirán en que puede estar equivocándose o en que se está derechamente equivocando.
En general a quienes no se debe escuchar, son aquellas personas que van a llegar a endulzarle el oído, con que todo esta mejorando, funcionando mejor que antes, que la curva se detuvo, que está en una meseta, y toda esas situaciones que, en muchos casos no son verídicas.
Las críticas sirven mucho, para analizar las situaciones desde un punto de vista de otra persona, ayuda a ser empático. Esas criticas en muchos casos le dirán exactamente en que se está equivocando.
Es una lección que he aprendido desde muy joven. Cuesta aprender (se debe tener mucha paciencia y tranquilidad), pero al final se aprende.
Escuchar a quienes critican, puede contribuir a mejorar nuestra propia gestión.
En general al nivel de Ministro, se debiera tener personal de cierta confianza, que le vayan señalando que cosas se han hecho mal y en lo posible entregar una forma de mejorar.
Pero lo ideal es que escuche a todos quienes critican, ellos en muchos casos son los que -sin saberlo- mas ayudan, aún cuando sus intenciones no sean muy correctas.
Al menos es lo que he hecho durante muchos años.
Y, funciona.
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