Una de las preocupaciones que se deben estar ya manejando es la prevención de incendios forestales para el próximo verano.
A la luz de las situaciones que están ocurriendo en otras latitudes, Rusia, Estados Unidos o España, en donde están o han ocurrido inmensos incendios forestales, se estima que nos debe llamar a la reflexión a objeto de evitar que situaciones de esa naturaleza puedan presentarse en nuestro país.
Luego de un incendio, pasan varios años en que el sector afectado pueda recuperarse, sea la tierra o los propios árboles quemados y en Chile tenemos muchos ejemplos de esas situaciones.
Los bosques además de la belleza misma que de ellos se desprende y que todas las personas pueden facilmente apreciar, nos entregan además el valioso oxigeno que es fundamental para la vida, pero además entregan innumerables beneficios para el desarrollo de las actividades del ser humano y cuando se interioriza en dicha materia resulta incomprensible que cada año se quemen miles de héctareas, muchas de las cuales son por cierto de árboles jovenes.
El fuego es enemigo de los bosques y la prevención es indispensable.
Siempre ha sido mi impresión que no se ha invertido mucho en dicha prevención, y se gastan muchos recursos en el combate mismo de los incendios forestales, recursos que son incluso más significativos que la inversión no efectuada en prevención, pero considerando además que en el combate se arriesgan las vidas de muchos voluntarios y brigadistas.
Si las emergencias se siguen enfrentando de la misma manera, no es posible que se puedan esperar resultados diferentes.
El próximo mes de Septiembre ya termina el Invierno y comenzaran a subir las temperaturas. El tiempo pasa rápido y es necesario prevenir. Ese es el verbo que se debe conjugar.
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