sábado, 9 de octubre de 2010

'El lunes a mediodía teníamos una vida y por la tarde ya lo habíamos perdido todo'

De la manera titulada ésta entrada, se refiere una de las damnificadas por el derrame de lodo tóxico en una empresa productora de alumnio en Hungria.

La frase por cierto nos resulta dolorosamente cercana, no por un accidente similar, sino por las consecuencias de los desastres naturales que enfrentamos con cierta frecuencia.

De un momento a otro, todo el esfuerzo realizado durante años puede quedar reducido a un monton de escombros, sea un por terremoto, un maremoto, un incendio poblacional o forestal u otro riesgo que se convierta en una dolorosa realidad.

Para evitar algunas de esas situaciones se debe trabajar en la prevención, pero se debe trabajar en forma intensa y no para los desastres que se originaron ayer pues ya ocurrieron, sino que por aquellos riesgos que enfrentamos hoy y que se volveran realidad en cualquier momento, aún cuando ese momento lo hayamos estado esperando por años, como puede ocurrir por ejemplo con el terremoto que se espera ocurra en el norte de Chile, o también en la ciudad de Los Angeles, en EE. UU.

Una de las formas de trabajar es la Autoprotección, que como ya lo he indicado en muchas oportunidades, ocurrida una situación de emergencias, en primer lugar es la propia persona afectada la que deberá -si lo puede hacer- proporcionarse ayuda. Con seguridad llegaran en un momento a socorrerla, pero en los primeros instantes se deberá valer por si misma. Lo mismo ocurre a nivel faniliar.

Me imagino que la desolación de la persona damnificada en Hungria es el mismo sentimiento que deben soportar todos los damnificados cualquiera sea la situación de emergencia enfrentada y que les haya afectado de tal manera que incluso pierdan sus hogares, que más que la pérdida material, incluye la pérdida sicologica de su lugar de vida y seguridad.

Trabajemos pues en la prevención y en la autoprotección, en una cultura preventiva, para que ocurrida una situación de emergencias, los daños no nos provoque las consecuencias que comenta con desolación la damnificada de Hungria.

editor

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