domingo, 28 de agosto de 2011

La vulnerabilidad

Cuando se ven las imagenes de la TV o cuando uno mismo debe enfrentar una situación de emergencias es posible determinar con cierta exactitud nuestra vulnerabilidad para hacerles frente.

Conversaba ayer con las integrantes de un Comité de Administración y manifestaban la preocupación que sintieron cuando en una de la noches en que se desarollaba una protesta, y además mientras se encontraba cortado el suministro de energía electrica en todo el sector, sintieron desde sus hogares como muchas personas corrian por fuera del condominio. Sintieron en ese momento, unas preocupación y otras miedo que pudieran ingresar al condominio y cometer délitos.

En otra situación una persona comentó acerca de los comentarios existentes en la red, respecto a tres naves nodrizas que se estarían dirigiendo a la tierra y varias personas sintieron el efecto, hubo silencio.

Al sentir un sismo de cierta intensidad, las intensas lluvias, los vientos fuertes y otras situaciones similares cada persona se siente vulnerable ante esa situación de emergencia, siente que puede ser afectada en forma importante.

Una de la situaciones en las cuales se debe trabajar entonces, es justamente en disminuir esa sensación de vulnerabilidad que puede ser el caso de una persona, una familia, un sector de la sociedad o en definitiva un país completo, en cada nivel se debe trabajar para estar preparados.

En el caso de una familia debe contar con una cierta dotación de agua y alimentos no perecibles, con un botiquin de primeros auxilios, zapatos y ropa de abrigo que le permitan pasar una noche a la intemperie. Luces de emergencias y una lista de los teléfonos de emergencias, eso a grandes rasgos.

Conocer los lugares seguros y aquellos que no lo son, determinar un lugar al cual evacuar o en el cual se puedan reunir si al momento de la emergencia no lo están. Saber -si fuera necesario- que las primeras acciones que se pueden hacer son el corte del suministro de gas, de agua y electricidad para evitar nuevas situaciones de emergencias.

Esas son algunas de las acciones que se pueden adoptar al interior de un hogar, pero antes existen otras, cómo si está el propio hogar en un lugar vulnerable frente a una inundación, un maremoto, un incendio forestal, un deslizamiento de terreno u otras situaciones similares. O si el material de construcción utilizado le entrega a sus habitantes cierta seguridad.

La vulnerabilidad se puede analizar desde diferentes puntos de vista y con ésta entrada solamente he querido llamar la atención sobre la necesidad de trabajar en forma intensa para disminuir esa realidad que se manifiesta cuando la sensación de vulnerabilidad recorre el cuerpo, recordandonos la frágilidad del ser humano.

Ciertamente el Estado a través de sus autoridades e instituciones, tiene la obligación de velar por el desarrollo de ciudades menos vulnerables, ciudades que permitan sobrepasar con éxito las dificiles pruebas a las que en forma recurrente debemos enfrentarnos.

Sin embargo esa obligación también se debe manifestar en cada hogar, en cada empresa, en cada organización.

editor

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