¿Y ahora qué?

En cierta medida me siento desanimado por no haber sabido transmitir un mensaje más claro de la necesidad de contar con Planes de Emergencias de Protección Civil, en todas las comunas de Chile, pero tengo la certeza y tranquilidad de espiritú, que he hecho el esfuerzo y le había comunicado esa necesidad a muchos funcionarios públicos y municipales encargados de las oficinas de emergencias, incluidas altas autoridades nacionales.

Ahora ya nada se puede hacer sobre lo pasado, y se lamentan muchas pérdidas humanas, muchas tal vez se pudieron haber evitado.

Ahora se debe trabajar para las nuevas emergencias que llegaran, en los próximos meses, fuertes lluvias, bajas temperaturas, vientos fuertes, inundaciones, sequias, incendios, la gripe H1N1, etc. se debe trabajar con la misma intensidad que el de la reconstrucción. Se deben evitar más sufrimientos.

De todas formas seguiré trabajando con la misma intensidad o mayor aún, a objeto que Chile tenga un piso en materias de Protección Civil y no un techo.

Les he explicado a muchas autoridades sobre la conveniencia de dotar al país del software Plan de Emegencias de Protección Civil, a traves del cual es posible que todas las comunas tengan una herramienta de trabajo útil, que les ayudará en gran parte del trabajo, pero a través del cual todas las comunas podrán desarrollar planes de emergencias sin considerar que tengan mas o menos recursos o capacidades.

Chile ya podría haber sido un líder mundial en ésta materia, y quedó claro que no lo es.

Muchas comunas no tienen planes de emergencias de protección civil, algunas ni siquiera oficinas de emergencias, otras le falta personal preparado en éste tema. Algunas comunas han establecido hace poco tiempo sus respectivas oficinas.

El software les facilitará el trabajo, los guiará de forma sencilla, incluso se marcan los itemes mínimos de un Plan, y se pueden manejar a nivel de comuna, gobernación y región. Un gran avance comparado con la forma de trabajo de hoy, en que muchos planes solamente existen en los archivadores.

Una comuna adquirió hace poco una Licencia para enseñar a protección civil a los alumnos de séptimo y octavo básico, y la mejor prueba de esa importancia y la acertada desición de la comuna, la dío la niña que avisó del maremoto en la Isla Juan Fernández, ella supo reconocer el riesgo y actúo, salvando quizás cientos de vidas humanas.

Erroneámente pensaba que imagenes como las del terremoto de Valdivia, no las vería, pero ahora creo que las actuales son las mismas de antes, donde había vida no quedó nada. Comparen fotos de ambos desastres y verán la similtud.

Ahora bien, que el terremoto haya provocado muchas menos muertes que un maremoto, ciertamente es impresentable. ya llegará la hora de conocer qué paso con la información.

¿Y ahora qué?

Ahora se debe comenzar a trabajar con el doble de la intensidad de antes, aprender de verdad las lecciones que deja una emergencia de ésta naturaleza que tarde o temprano desgraciadamente se volverá a repetir.

Una idea, en un aspecto que no se esperaba, es que de cierta intensidad de un terremoto, las fuerzas armadas tomen de inmediato el control de las zonas afectadas, que los decretos y documentación legal se encuentre lista patra ser utilizada llegado ese trágico momento, o que las disposiciones legales permitan a los oficiales de mas alta graduación de las zonas afectadas, tomar de inmediato el control y tramitar luego la dcumentación legal. Pero creo que ello no debiera quedar al arbitrio de los gobernantes, pues las situaciones que se enfrentar no son de normalidad.

De éstos desastres, terremoto, maremoto y pillaje, se deben obtener las lecciones definitvas, no esperar que ocurran para declarar nuevamente que se aprenderán lecciones. Las lecciones debe ser aprendidas ahora, ya.

Finalmente, culquiera sea la creencia religiosa de las personas que perdieron un ser querido, que les sea concedida la fortaleza, templaza necesaria y puedan sobrellevar estos dolorosos momentos. Ojalá que todas las personas desaparecidas puedan ser ubicadas.

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