Durante mucho tiempo he escrito diversas entradas señalando le necesidad de efectuar una planificación para enfrentar situaciones de emergencias, y desgraciadamente ahora nos llegó ese momento y en forma muy drámatica, pero ya está pasando.
Sin embargo se deben planificar la futuras y diversas situaciones que se deberán enfrentar.
Ahora es posible dimensionar que todo aquello que no se hace en tiempo normales para enfrentar una situación de emergencia, efectivamente no se tendrá a la hora de enfrentarla, por ejemplo algunos casos muy sencillos: si en mi hogar no tengo lamparas de emergencias en forma permanente, no las tendré al momento de una emergencia, si en el edificio no tenemos un plan de emergencias, no sabremos que hacer para enfrentar una situación de emergencia, que no necesariamente debe ser una catástrofe como la que estamos enfrentando.
Ahora es el momento de aprender la lección. Todo el trabajo que se realiza para enfrentar una emergencia es indispensable y se debe realizar en forma permanente, es un trabajo silencioso pero que puede entregar mucha tranquilidad a las personas que pueden verse afectadas.
Es en esos momentos en que el trabajo va a ser valorado, la inversión reconocida, e incluso se podrá decir porqué no se hizo más. La tranquilidad que se pueda obtener frente a casos de emergencias, y mayor aún frente a desastres, es impagable.
Ahora es el momento para que, en cada condominio se pueda efectuar un análisis de las situaciones que se debieron enfrentar y en las cuales se percibió cierta debilidad o una gran debilidad. Lo recomendable es escuchar todas las inquietudes, pero escucharlas bien, no desechar ninguna pues desde cualquiera de ellas puede nacer una gran solución para el futuro.
Si bien es cierto ahora estamos aún en una situación de emergencia, no se debe descuidar ninguna acción a objeto de proteger la vida y la propiedad en los condominios y en cualquier hogar.
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