domingo, 11 de noviembre de 2012

¿Porqué esperar un desastre si podemos salvar vidas desde ahora?

Esta es la interrogante que ha quedado para la reflexión luego de de la intervención de Ricardo Mena, Jefe de la Oficina Regional para las Américas de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastre, en su intervención en el PARLATINO, reunido en el mes de Octubre, en Buenos Aires, Argentina.
Esa es una reflexión que cada organización debe realizar, en su caso iba dirigida a los parlamentarios de América a objeto sean consideradas legislaturas encaminadas a reducir los riesgos por desastres.
Efectivamente cada organización, y principalmente las dependientes de los propios gobiernos -y muchas de ellas lo hacen,- trabajan en forma incansable, con la finalidad de entregar a los asentamientos humanos, condiciones de seguridad frente a desastres.
El trabajo puede ser proactivo o reactivo, infortunadamente estamos más aconstumbrados a trabajar en forma reactiva, se nos enseña más qué debemos hacer luego de un desastre, pero no que podemos hacer antes de un desastre, no estamos muy acostumbrados a planificar para esos momentos de tensión. No tenemos indudablemente una cultura preventiva.
No se trata de trabajar solamente para un desastre que puede ocurrir mañana, pasado mañana, el mes que viene o el próximo año. Se trata de trabajar también para los desastres que puedan ocurrir en 5, 10 15, 20 o más años, cuando por ejemplo en nuestro país, -y el ejemplo vale para cualquiera- prácticamente se duplique la población actual.
Existen situaciones que todos sabemos que van a ocurrir, un terremoto en Chile es seguro cada cierto tiempo, el que puede a su vez generar un maremoto, incendios forestales todos los veranos, gran parte de ellos intencionales, olas de calor, sequías, grandes nevadas, un accidente de aviación, la posibilidad de enfrentar una pandemia, una erupción volcánica, etc. etc.
Para todo ello, se debe estar preparado, no más o menos preparados, sino que muy bién preparado, de la mejor forma posible, pues son vidas humanas las que pueden perderse, y cada una de ellas es valiosa.
Planificar, planificar, planificar, ese es el trabajo que hoy se debe desarrollar en forma incansable, y es lo que interpreto de la interrogante que he utilizado como título de ésta Entrada. es también lo que nos mueve a seguir trabajando y manteniendo a disposición de las organizaciones las aplicaciones de software que pueden ayudar en gran medida a ese importante trabajo de planificación. 
editor   

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