Efecto perverso

Cuidado con las cosas que se desean hacer. Ello por cuánto debe tenerse en cuenta, en una forma principal, el “efecto perverso” que la ejecución del trabajo o labor pueda acarrear. Este “efecto perverso” se encuentra en casi todas las acciones que el ser humano emprende –aún en aquellas realizadas con la mejor intención- con la finalidad de hacer bien las cosas o con una finalidad altruista. El "efecto perverso" consiste en un efecto o resultado no deseado y generalmente negativo producido por el trabajo realizado, por la norma legal o por la bien intencionada idea de realizar una acción Vea por ejemplo el efecto que se produce cuando existen muchos profesionales titulados, lo que ciertamente es positivo, sin embargo el efecto perverso se traduce en muchos profesionales cesantes. Muchas familias le ponen protección a sus casas -puertas y ventanas- con la finalidad de tener un hogar seguro, de protegerse contra la delincuencia, efecto perverso, se transforman en verdaderas trampas mortales en caso de incendios. Tengamos cuidado con el efecto perverso que puede provocar la nueva legislación sobre los tribunales de familia, pués lo que se persigue en que aquellas que tienen problemas graves puedan salir de ellos sin muchas heridas, sin embargo la legislación puede fomentar la terminación de muchos matrimonios que veran una salida fácil para la solución de sus conflictos. Otro ejemplo, la Declaración Sin Pago de las Imposiciones Previsionales, el objetivo es entregar facilidad a los empresarios con dificultades en sus flujos de caja, efecto perverso, cientos de miles de demandas judiciales para que los empleadores paguen las imposiciones no enteradas oportunamente y millones de trabajadores perjudicados con esa situación. Vea su entorno y reconocerá con facilidad un efecto perverso en alguna situación que le sea familiar. Entonces al diseñar las acciones de trabajo, se deben tener presentes los efectos perversos que esos trabajos pueden provocar y de esa manera poder disminuir o controlar en alguna medida, ese efecto perverso..

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