Buena suerte

En el día de ayer estuve conversando sobre mi libro electrónico con un amigo Administrador de un edificio centrico de Valparaíso. El me relató la suerte que tuvo cuando en un incidente provocado por un viento fuerte se le voló una plancha de la techumbre de su edificio. En la practica el no se dió cuenta. Solo lo supo cuando le avisaron que habia una plancha colgando hacia la calle. El la fué a revisar y además constato que faltaba otra plancha. La busco en las calles cercanas y nada. No vio absolutamente nada. También la llamó la atención que no hubieran reclamos de ninguna persona. Al día siguiente -me contó- apareció el Admiistrador de un edificio que se encuentra frente al suyo, edificio unos cuatro pisos más alto y que le comentó que había caído una plancha en su edificio, había entrado por un espacio de su propia techumbre, caído hacia un patio interior y roto solamente unos cuatro ventanales. Ningún otro daño. Tuvo que pagar los daños de los ventanales y rapidamente envió a reparar sus propios daños también. Lo importante de esta historia es que mi amigo se dió cuenta de forma instantanéa e imprevista, de la enorme responsabilidad que se puede llegar a asumir cuando se produce un accidente. A él por suerte, no le ocurrió nada más grave, pero estaba cierto que podría haber ocurrido una verdadera tragedía que podría comprometer su patrimonio. Tan así de dió cuenta que me indico que si la plancha hubiera caido solamente encima de un vehiculo, sin daño a persona alguna, los daños habrían sido millonarios. Si una persona hubiera sido alcanzada por la plancha, no habría sobrevivido me señaló. Situaciones similares son las que se pretende prevenir con las recomendaciones de mi libro electrónico respecto a la responsabilidad de los empleadores con sus trabajadores. Cuando ocurra un accidente y no se hayan adoptado las exigencias legales exigidas, solamente cabrá asumir las responsabilidades, sean estas administrativas, civiles o penales. www.eladministrador.cl