Me alegro que Carolina haya tenido el reconocimiento que se merece por el inmenso y arriesgado esfuerzo que realizaba para dirigirse en una balsa a su Escuela, en el sur de Chile.
Hago clases del módulo de Gestión de la Pequeña Empresa a jovenes de Cuartos Medios y debo reconocer con dolor y verguenza ajena que cuando les conté del ejemplar esfuerzo de esta niña, muchos de ellos se rieron.
¿Qué pasa con los estudiantes de hoy?. No estan ni ahí con nada.
Con todo, de todas formas me alegre y emocioné cuando la vi que se encontraba en Santiago, recibiendo todo el reconocimiento que verdaderamente merece su esfuerzo.
Bien Carolina. Felicitaciones
domingo, 5 de junio de 2005
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