En varias oportunidades he escrito acerca de la planificación que se debe efectuar a objeto de evitar los incendios forestales, planificación que debe comenzar hacia mediados de cada año.
Que persona puede dudar que en cada temporada se producirán -intencionadamente o no- varios y graves incendios forestales, en consecuencia es una situación que no se debe mirar como una eventualidad, es un hecho concreto y solo vale trabajar para prevenir.
Si se valorizan todos los daños, algunos incalculables, se obtendrá una cantidad bastante importante, pero mucho menor a la que se podría invertir en prevención, entonces si esa suma se va a invertir de todas maneras, es preferible que se invierta en prevención.
Los daños hoy son muy importantes y no es posible culpar a los irresponsables que intencionadamente los provocan, tratando de eximirse de responsabilidad, si se sabe que existen, se debe trabajar con ello en mente, más hoy con las temperaturas que se estan observando, y que por cierto irán en aumento tanto en éste año como en los siguientes.
Es importante que hoy se indiquen medidas para proteger los bosques y aumentar las sanciones, ¿pero por que siempre se debe actuar ante los hechos consumados?
Hace un tiempo en una presentación en una unidad del ejercito señalé que ellos debieran adquirir material de combate contra estos fuegos, pués esas serán las guerras que se deberan enfrentar en el futuro. Una unidad parecida al Cuerpo Militar del Trabajo, pero enfocado hacia emergencias y desastres.
Es cierto que cuando un riesgo se coinvierte en una realidad es un fracaso de la prevención y así se debe entender la situación por la que atraviesa el país.
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