Con la situación que está enfrentando el capitán de la nave Costa Concordia que ha encallado hace pocos días en Italia, muchas personas han tomado en broma su actuación en los momentos en que justamente, debía haber mostrado su temple.
No debieramos ni siquiera sonreirnos por dicha situación. Hace pocos días ha salido un reportaje de CIPER, sobre los errores ocurridos durante el terremoto y posterior maremoto de la madrugada del 27 de Febrero del año 2010.
En el desastre del Exxon Valdez, del Prestige, de la plataforma Deepwater Horizon, también ocurrieron graves errores y actuaciones equivocadas.
En esas situaciones -y en muchas similares- se deben pensar en dos situaciones diferentes, la primera es que a pesar que las personas puedan estar preparadas y frente a una situación de emergencias puedan actuar en forma incorrecta, tomar decisiones irreflexivas o contrapuesta a las que normalmente se pudiera esperar.
La segunda y la que lamentablemente abunda, es que las personas simplemente no se encuentren ni siquiera preparadas para enfrentar una emergencias, y menos para gestionarla, cualquiera sea su magnitud y a ésta situación se debe apuntar.
Estando o no preparados para enfrentar una situación de emergencias una persona puede actuar en forma equivocada de acuerdo al impacto que esa situación le pueda generar en su fuero interno, pero ciertamente si se encuentra preparada va a estar más capacitada para superar ese impacto y actuar en forma correcta, circunstancia que principalmente puede resultar en salvar vidas.
En el caso chileno los errores al parecer se suman, y personas que debieran haber estado capacitadas no lo estaban y además, por lo anterior, adoptaron decisiones equivocadas que incluso sus superiores no fueron capaces de advertir esas equivocaciones ni menos, revertirlas.
Desafortunadamente los juicios son muy extensos y cuando terminan, muy pocos se recuerdan que circunstancias fueron las que los generó. En el caso chileno ya estamos cerca de los dos años y se ha señalado que el próximo mes de Febrero se presentaran cargos penales a algunas personas que tuvieron responsabilidad en la madrugada del 27 de Febrero.
Pienso que los deudos de quienes lamentablemente fallecieron esa trágica madrugada, querrán las máximas sanciones penales que pueda ser posible aplicar, son muchas las vidas que se perdieron. Totalmente entendible.
Pero muchas más vidas es posible salvar si quienes estarán en los puestos de emergencias en los próximos desastres, que estoy seguro nadie duda que ocurrirán, se encuentren debidamente capacitados y actuan en consecuencia.
Todos agradeceremos ese importante esfuerzo.
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