Durante mi viaje a Santiago en el día de ayer, he visto en varias oportunidades como trabajadores regaban en forma abundante, los jardines que se encuentran al borde de la carretera.
Si bien es cierto, esos trabajadores no son responsables del trabajo que se les ordena cumplir, y que además necesitan, no es menos cierto que la hora en que regaban no es la más adecuada, las 3 de la tarde.
Sin embargo lo que si me molestó, fue pensar en las cientos y miles de familias que de ver esa situación, no podráin entenderlo, comparado con su situación que enfrenta por la sequía que afecta a vastas zonas del país, en que el agua que requieren para cubrir sus necesidades, les llega una vez cada tantos días y en una cantidad que no les alcanza para cubrirlas en forma adecuada.
Situaciones vergonzozas se mostraron hace pocos días en un Reportaje en TV, en donde una familia debía hacer turno de acuerdo a sus necesidades fisiologicas para hacer uso del baño, para luego poder hacer correr el agua del excusado, que además ya era agua utilizada en otras labores.
La ducha, el lavado a máquina, el lavado de loza, el lavado de vehículos y otras labores del hogar, implican un gasto importante de agua potable y que ya en esta época debiera ser meditado la forma en que se hace el gasto. Tal vez no sea el problema el pagar la cuenta del agua, el verdadero problema es utilizar el agua con conciencia que se está utilizando un bien muy valioso.
La Sequía y las Heladas, son desastres naturales que ocurren en forma silenciosa, la primera se presenta en forma lenta y la segunda en forma rápida de tal suerte que en tan solo una madrugada, pueden perderse los cultivos que tanto ha costado mantener.
Ahora bien, cuando ocurre un temblor fuerte las autoridades llegan a la ONEMI a proporcionar antecedentes sobre el evento, pero si la Sequía es un desastre natural y las Heladas también, ¿no debieran tener un mismo Protocolo de Actuación, respecto a la comunicación a la población, como ocurre con un sismo??
En mi opinión la sequía es más dolorosa, ya que se pierden rios, cultivos y áreas de cultivo, animales por falta de forraje y agua, los pueblos pequeños van siendo abandonados y finalmente puede llegar incluso a convertirse en una zona desertica. Es posible llegar a un panorama muy doloroso.
Usemos en consecuencia de buena manera y en forma estrictamente necesaria el agua potable. No derrochemos ese bién tan valioso.
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