Se ha visto con profusión en los medios de prensa que Santiago acaba de volver a utilizar el cañón del Cerro Santa Lucia, la fecha de fundación del mismo Santiago, que se ha saludado a los periodistas por la conmemoración de la públicación del primer número de La Aurora de Chile, pero una situación más importante, mucho más importante ha quedado pendiente, cual es: celebrar la Declaración de la Independiencia de Chile, jurada solemnemente el día 12 de Febrero de 1818.
Antes de jurar el Acta de Independencia, miles de chilenos dieron su vida por lograr que el país fuera una nación libre, y muchos incluso lo hicieron despúes, pues se debe recordar que luego de la Declaración en comentario, se desarrolló la Batalla de Maipú, el día 5 de Abril del mismo año.
Resulta entonces decepcionante que se recuerden hechos que si bien tiene la importancia que todos reconocen, no se recuerde un hecho principal en la vida de nuestro país, como lo es la Declaración de Independencia de Chile, cuyo acto y no otro, recién fue reconocido por España, 26 años más tarde, en el año 1844.
Todos los países celebran con legitimo orgullo el día en que han declarado su independencia, con desaliento debo decir, que nuestro país no lo hace, y en cambio recuerda y celebra un hecho que a lo menos debiera llamar a la reflexión, cual es, que se celebra el Acta de la Primera Junta de Gobierno, en que se juró defender hasta con la última gota de sangre el territorio del Rey de España, que en esa época se encontraba cautivo.
Para lograr la Independencia del país, se desarrollaron muchas y memorables Batallas y en ellas dieron su vida miles de hombres, y creo con certeza que debiera ser de justicia recordar esos hechos y fundamentalmente la fecha en que Chile declaró solemnemente al mundo su Independencia, y ello ocurrió, como ya he indicado el día 12 de Febrero de 1818.
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