Son conocidas las múltiples criticas que ha recibido el gobierno de Malasia, sobre la tardanza y los errores cometidos en el trabajo de busqueda efectuado respecto del avión desaparecido en el mes de Marzo, y del cual, a la fecha aún no se tienen rastros, con 239 personas a bordo.
Ahora es el gobierno de Corea del Sur, quien ya está recibiendo criticas de los faniliares de los cerca de 300 estudiantes atrapados, y presumiblemente ya fallecidos, en el transbordador que se ha hundido hace pocos días.
Me recuerdo también de las críticas que recibió el presidente Putín, al momento del hundimiento del submarino K-141 Kursk con toda su tripulación a bordo.
En general, en la gestión de los desastres, posteriormente son incontables las situaciones que son criticadas y criticables, en prácticamente todas esas situaciones de emergencias, saltan a la vista y al conocimiento de la ciudadania, errores incomprensibles que se cometen.
Nuestro país, por cierto no ha estado ajeno a esos errores, y el más claro y aún investigado por la justicia, es aquel ocurrido en la madrugada del 27F.
Escribo esta reflexión, pues luego de los desastres ocurrido durante éste mes, creo necesario que se analicen los aspectos que puedan ser mejorados y se obtengan valiosas lecciones que en situaciones posteriores sean aplicadas, no de acuerdo a la voluntad del gobierno de turno, sino más bien, de acuerdo a un procedimiento operativo establecido para afrontar desastres.
En Valparaíso se ha presentado una nueva situación, que no recuerdo haber visto anteriormente en el país, cual es, un caos humanitario, que por cierto debe ser analizado y gestionado en -por desgracia- futuros desastres.
Al Puerto llegó tal cantidad de voluntarios, de personas en vehículos particulares que quisieron entregar personalmente su ayuda, tanta cantidad de alimentos, tanta cantidad de ropa, que se generó un verdadero caos humanitario, me parece que en el incendio de hace algunos años en Australia, ocurrió una situación similar.
Este caos humanitario, debe tambien ser gestionado de buena manera, que finalmente no se entienda que no se desea, requiere o necesita toda la ayuda necesaria, pero de acuerdo al desastre ocurrido, y los tiempos de recuperación, la ayuda debe ser gradual, de lo contrario será mucha ayuda la lamentablemente que se perderá.
Una mención aparte para los voluntarios, muchos de los cuales, en los centros de acopio- tenían que inventar trabajo para ocuparse en algo, fue mucha la gente que llegó a colaborar, para quienes pasaron por esa situación, que no se desanimen, pues su interés en ayudar es lo que finalmente les va a deparar satisfacción.
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