Al momento de la ocurrencia de un desastre como un sismo de alta intensidad que haga necesario el alejamiento de las personas de la zona costera por el riesgo de un maremoto o la probalidad de él por un sismo en un lugar lejano, puede originarse un problema por la circulación de personas en vehiculos que pueda causar accidentes, impedir la circulación de personas o sus propios ocupantes quedar atrapados en una gran congestión vehicular.
Esa situación es real y se pudo constatar claramente en los días posteriores al 27F, cuando se decretaron dos alertas de maremotos (una de ellas falsa) y las personas y vehiculos transitaban rápidamente hacia lugares de seguridad, generando incluso choque de vehículos.
La idea al efectuar un alejamiento de la zona costera es que ella se haga caminando hacia las zonas de seguridad que se hayan determinado, y en ese sentido creo que puede ser adecuado pensar en el manejo de los semáforos como una alternativa para detener el tránsito vehícular de toda la ciudad ó de un sector de ella.
Ese manejo estaría dado por la indicación de mantener esos semáforos en rojo y detener de esa manera la movilización vehícular, permitiendo solamente el desplazamiento de las personas caminando.
Es necesario recordar que quienes se encuentren caminando, eventualmente, no serán pocas personas ya que si un sismo ocurre en un día laboral, existirá un desplazamiento de centros de estudios completos, incluyendo niños de jardines infantiles guiados por sus profesores.
En principio la idea me parece adecuada y podría ser probada en simulacros de alejamiento.
También es necesario recordar que si se siguen haciendo las cosas como se han hecho siempre, es impensable esperar resultados diferentes.
Las personas que se encuentran en cargos que no solo les permiten, sino que les obliga la gestión de emergencias, deben o debieran poner en práctica ideas ó soluciones que hagan de esa gestión, un trabajo que en forma segura permita que las personas ubicadas en zonas de riesgos puedan llegar a zonas de seguridad sin sufrir en el camino un contratiempo que les haga retrasar su alejamiento.
Confiar -por ejemplo- en las sirenas que indican un terremoto, para el caso de los simulacros o sirenas para el caso reales de maremoto, es riesgoso. Hace pocos días en Valparaíso, se probó la sirena de indicación de maremoto, y estando en una oficina muy cercana a la zona costera, no más de 100 metros del mar, pero en un piso en altura, unas 5 personas no escucharon nada de esa alarma. La escuche pues sabía que a la hora en que sonó, se iba a probar.
La construcción de un edificio, también contempla la aislación del ruido externo, y la sirena en caso de simulacro, prácticamebte no se escucha y a ello, se debe poner atención.
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