En la Administración generalmente se utilizan términos o ejemplos de alguno de los sistemas del ser humano. En este caso voy a mencionar al aparato circulatorio.
En muchas Comunidades de Copropietarios existen rivalidades entre los habitantes, -sean estos propietarios o arrendatarios-. Un grupo de ellos se quiere imponer al resto, imponer sus costumbres, sus ideas o solamente su inagotable ambición de poder, o de representación. Allí se produce una pugna que finalmente debe soportar la comunidad completa.
Sean cuales sean los motivos que se argumenten para mantenerse en el poder, generalmente los integrantes de los Comités de Administración, o los Administradores, siempre va a ser mejor cambiarlos, si ellos no quieren retirarse voluntariamente.
Con seguridad alguno de los lectores habrá conocido de alguna razón francamente increible, en primer lugar que las personas son las indicadas para resguardar los intereses económicos de la Comunidad, que están allí para proteger la moral de la Comunidad, y decenas de otras razones.
¿Qué ocurre finalmente?
Que las personas se enfrentan cada día más entre los grupos, algunos dejan de pagar los gastos comunes, otros no rinden cuentas, otros no realizan Asambleas, otros no realizan elecciones, otros no entregan la documentación financiera de la Comunidad, otros estiman que son la reserva moral de la Comunidad, otros que sin ellos la Comunidad no avanza, en fin, la lista es larga.
¿Todas esas situaciones que producen?. Que la Comunidad se comience a desangrar financieramente, que no exista un orden en el aspecto economico. Esas situaciones actuan como anticoagulante, cada situación va generando más y más gastos, que finalmente deben soportar todos los copropietarios, se encuentren o no involucrados en las rencillas.
Entonces para mejorar la salud de la comunidad, lo las sensato es renovar al Comité de Administración, que ellos no mantengan sus cargos en forma indefinida o por largos períodos. El cambio servirá como una medida de control, como un coagulante, evitará una sangría innecesaria.
Si cada Comunidad, se manejará sin las ambiciones de poder y con un Administrador que más que un prestador de servicios o empleado, fuera un aliado de la Comunidad, podría ella incluso crecer a niveles insospechados. Una buena Administración logra objetivos notables.
Los copropietarios tienen entonces la palabra. NO a las ambiciones de poder.
Solo así, evitaremos que las Comunidades se desangren.
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